miércoles, 27 de junio de 2007


Detectan adicciones en menores que probaron las drogas con sólo diez años

El centro de rehabilitación Betania se prepara para atender a adolescentes Las viejas instalaciones de Las Tiesas, cada vez más cerca de convertirse en un referente europeo en el tratamiento de drogodependencias gracias a Sagrada Familia

DOLORES CARCELÉN/ALBACETE

El perfil de la familia ha cambiado y en ocasiones la referencia paterna y materna se difumina. Los niños, que cada vez pasan menos tiempo con sus padres, cogen como modelo de conducta a su grupo de iguales y es entonces cuando entran en el mundo de las drogas. En la provincia de Albacete ya se están tratando casos de niños que empezaron a probar la droga con sólo diez años y se convirtieron en adictos con 14. La vieja Unidad Residencial Rehabilitadora de Las Tiesas está cada vez más cerca de convertirse en un referente europeo en el tratamiento de drogodependencias. Cuatro meses después de que aterrizara la Asociación de ayuda al toxicómano Sagrada Familia (Safa), las instalaciones del viejo psiquiátrico ya atienden a más de cien drogodependientes. La meta ahora se centra en captar toxicómanos de otras comunidades autónomas, como Madrid, y en el tratamiento de menores.
Y es que la demanda de las familias y de los propios adictos ha llevado a Safa a preparar un programa terapéutico para chicos que tuvieron sus primeros contactos con las drogas entre los 10 y los 14 años. Datos «escalofriantes»El presidente de Safa, Alejandro Márquez, se mostraba ayer satisfecho por la cobertura, cada vez más amplia, que puede ofertar su organización a quien quiera alejarse del mundo de las drogas, pero lamentó que la edad de inicio sea cada vez más temprana. En su opinión, las estadísticas referentes a la cocaína «son escalofriantes». No obstante, destacó que no hay que olvidarse de las graves consecuencias de las drogas legales, como el alcohol. El 95% de las personas que piden ayuda a esta organización son policonsumidores que han mezclado la bebida con otras sustancias como la heroína y la cocaína. Si bien el dato negativo lo marca la disminución de la edad entre los drogodependientes, el punto positivo lo desvelaba ayer Márquez al asegurar que el índice de permanencia ha aumentado un 70% desde que los chicos están en Betania, nombre con el que se conocerá a partir de ahora al nuevo centro de toxicómanos.Cabe señalar también que el lunes llegaba la primera mujer al centro. A falta de que Bienestar Social y Sanidad coordinen la entrada de menores en Betania, el centro ya cuenta con instalaciones y personal suficientes para los programas ambulatorios y de internado; para tratar patologías de salud mental asociadas a las drogas, así como para acoger a parejas drogodependientes con hijos. Al 7% de su capacidad
No hay que olvidar que lo que ahora es el centro de rehabilitación Betania se inauguró en 1974 como el psiquiátrico más moderno de Europa, con más de 15.000 metros construidos. Betania sólo ocupa en la actualidad un 7% de las instalaciones, pero espera avanzar con más plazas, nuevos proyectos y programas que le lleven a aprovechar todo el complejo. Pero si Alejandro Márquez abrió ayer las puertas de Betania a los medios de comunicación fue para recordar que se celebraba el Día Internacional del Tráfico Ilícito de Drogas. El presidente de Safa lamentó que España esté a la cabeza de Europa en el consumo de cocaína y sólo detrás de Estados Unidos a nivel mundial. En su opinión, no hay que bajar la guardia en la persecución de los traficantes. Sin embargo, Márquez consideró que el problema no está tanto en la oferta como en la creciente demanda. Cada vez hay más información, pero al mismo tiempo disminuye la edad de inicio y se dispara el consumo de cocaína. «Tenemos que poner todo nuestro empeño en el tema de los menores», reiteró, al tiempo que recordó que muchos de los daños de las drogas son irreversibles. Así, el 40% de los internos sufre alguna patología mental bien por drogas o cronificado por éstas.
También quiso hacer hincapié Márquez en que la droga más mortífera sigue siendo el alcohol, aunque no se le dé importancia. Además, la bebida es una de las sustancias de las que más se abusa en el ámbito rural, donde es más difícil detectar al adicto y lograr que reconozca el problema. RetratoEl perfil del drogodependiente que acude a Safa es el de un joven de 28 años, policonsumidor, de clase media. No obstante, la edad media tiende a descender y el perfil varía en los tratamientos ambulatorios. Los adictos a la cocaína que acuden a terapia, pero no se quedan en régimen de internado, suelen ser de clase social alta, procedentes de grandes núcleos de población de Castilla-La Mancha. De momento, Safa puede abrir las puertas a quien le pida apoyo. «Ayudaremos mientras podamos», subrayó el presidente de la Asociación.

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