martes, 29 de enero de 2008

EXPLOTACIÓN INFANTIL

Padres y tutores son los principales explotadores de menores en España

La trata de menores, entendida como explotación infantil de cualquier tipo, laboral, sexual u otras, tiene en España un perfil propio. Como en otros países ricos, el abuso no viene tanto de redes y mafias organizadas como del propio entorno familiar. Los casos más frecuentes detectados por las fuerzas de seguridad son los de padres y tutores que pervierten su función y convierten a los menores en máquinas de hacer dinero, con su cuerpo, mendigando o con trabajos impropios de su edad. Entre los años 2002 y 2006, Policía y Guardia Civil registraron 2.749 casos de explotación de menores; de ellos, casi la mitad, 1.273, eran españoles y el resto, casi todos rumanos.
Son datos expuestos ayer en las jornadas sobre tráfico y trata de menores organizadas por Save the Children. Datos incompletos de estadísticas parciales -no todas las actuaciones policiales acaban en condenas- proporcionadas por la Guardia Civil, Policía Nacional y Ertzaintza que tampoco revelan la verdadera magnitud de un fenómeno delictivo y, por tanto oculto. Pese a ello, sirven de indicador. En los últimos cinco años, las fuerzas de seguridad contabilizaron un total de 11.810 delitos relacionados con la trata de seres humanos (algo más del 23% eran menores), un 0,30% del total de las actuaciones policiales.
De ellos, más de 40% tenían que ver con la explotación laboral, algo más del 25% eran de tráfico sexual, y un 8% por explotación de la mendicidad. En el mapa de este tipo de delitos destacan todo el arco mediterráneo y Andalucía, y «suelen solaparse con otras modalidades de delincuencia», relató José Luis González Álvarez, psicólogo de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil. Organizaciones como Save the Children barajan, sin embargo, cifras muy superiores y hablan de entre 40.000 y 50.000 mujeres y niñas víctimas de trata para explotación sexual.

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