martes, 29 de mayo de 2007

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La delincuencia juvenil crece casi un 20 por ciento en la provincia de Jaen en sólo un año
Menores que roban coches, que roban motos, que roban móviles, que extorsionan a otros chavales, que pegan a sus padres. Ocurre todos los días en la provincia. En las ciudades y en los pueblos. Recientemente lo constataban fuentes policiales: buena parte de los delincuentes habituales responsables del incremento de la delincuencia en la capital en las últimas semanas son menores o acaban de cumplir los 18. La Fiscalía ofrece en su última Memoria un indicador de cuánto está creciendo la delincuencia juvenil en la provincia. Y el resultado es alarmante: casi un 20 por ciento sólo en un año.Los fiscales abrieron en 2006 un total de 2.037 diligencias previas por hechos supuestamente delictivos cometidos por menores. Supone un 13 por ciento más que el año anterior. Y constató que había delito en 429 casos, que dieron lugar a expedientes de reforma, por 360 el año anterior: un 19 por ciento más que en 2005.Los datos de 2006 facilitados por la delegación provincial de Justicia también revelan que por primera vez el número de menores infractores del tramo de edad 14-15 años superan en número a los de 16-17. El 90 por ciento de los menores que cumplen medidas judiciales han cometido delitos contra la propiedad. En no pocos casos empleando la violencia contra otros menores. Pero también se puede apreciar un aumento de casos más graves. En la provincia de Jaén hay constancia de dos casos de homicidio en los que hay responsabilidad de un menor (uno de ellos acusado de matar a su padre de una cuchillada en el cuello y otro por un asunto de tráfico) y no menos de cuatro agresiones sexuales.Se estima que un 25 por ciento de los delincuentes menores de edad responden al perfil de delincuente habitual. En la inmensa mayoría de los casos proceden de familias desestructuradas. A esta cuarta parte se le atribuye el 50 por ciento del total de delitos cometidos. Entran y salen de Comisaría constantemente. Y entre arresto y arresto siguen protagonizando hechos delictivos de forma cotidiana.Los datos de la Junta de Andalucía indican también que la otra mitad de los delitos atribuidos a menores los cometen jóvenes que no responden a lo que se consideran chicos normales, de familias estructuradas y que no vuelven a reincidir.La Memoria de la Fiscalía constata además que existe un problema al que ni la Justicia ni la administración han encontrado solución: el de los menores violentos, rebeldes y tiranos en casa. «Casos en los que el comportamiento del menor ha llegado a ser insoportable para los padres ya que hace 'lo que le da la gana', 'no respeta normas', 'es agresivo', por lo que los padres manifiestan que no van a permitir que el menor entre más en casa y solicitan su ingreso en un centro». Como no ha cometido delito propiamente dicho, no puede ir a un centro de reforma. Pero en los centros de protección no los quieren tampoco, ya que no están en riesgo de desprotección. «No sólo persiste en problema para los padres, sino que además perciben la ineficacia de un sistema que ni les ofrece ayuda ni mucho menos una solución», dicen los fiscales.

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